Mi hijo me miente, ¿qué debo hacer?


Enseñarles a decir la verdad es la clave; muchos padres se preguntan qué hacer para que sus hijos dejen de ocultar, invertir o adornar la realidad; cada mentira es una fuente de información valiosa acerca de los temores y necesidades del niño.



La gran mayoría de los niños miente. Se calcula que el 7% de los chicos y el 4% de las niñas lo hacen con bastante frecuencia. Entre los dos y los cuatro años, el niño aprende a decir "no" y a distinguir lo que quiere de lo que no quiere. Con el paso del tiempo, el pequeño descubrirá que sus deseos encuentran límites y que la línea recta no siempre conduce a la satisfacción. En cuanto el niño compruebe que existe un modo alternativo de conseguir lo que quiere o de evitar lo que teme, habrá descubierto un nuevo recurso social: la mentira.



¿Cuándo empiezan a mentir?. En ausencia de los conceptos abstractos con los que llegar a comprender la importancia de la verdad, los preescolares, más que mentir, utilizan la reserva y la ocultación. Pero, entre los cinco y los seis años, por obra de la buena educación, empiezan a distinguir el atentado a la verdad como acto deshonesto y socialmente indeseado. El niño tiene que haber desarrollado la capacidad de abstracción y algunos deseos independientes, tener imaginación, asumir cierto riesgo, ser consciente de la realidad y conocer los riesgos que causará su mentira.

Cómo reconocer al niño mentiroso. Cuando los chicos mienten, suelen parecer asustados o ansiosos. El niño, pese a que lo que a veces se dice, es aún un mal actor. Sus relatos presentan contradicciones e incoherencias. Los padres deben escuchar cuidadosamente lo que sus hijos cuentan, sin llevar a cabo una persecución psíquica. Las mentiras de los niños suelen sonar ensayadas.

Claves para entender al niño mentiroso. Entre los cinco y los ocho años, se han encontrado razones de fondo generales que podremos asociar a mentiras comunes. No se trata de interpretaciones inequívocas. Enfocaremos algunos ejemplos: 

"Yo no he sido". Cuando el niño que niega haber roto el jarrón o haber transgredido una norma intenta eludir el castigo. ¿De qué tiene tanto miedo?

"Sí que sé". Al niño que no sabe cómo hacer algo y dice que sí sabe, esta mentira le sirve para combatir vergüenzas y sentimientos de culpa. ¿Por qué no se acepta?

"Ese carro es de mi padre, que es jefe". Si inventa propiedades, gestas o capacidades, entendemos que necesita aumentar su autoestima o el gusto por su vida cotidiana de manera ilusoria. ¿Qué le deprime?

"Ayer me insultaron dos policías y les pegué". Frente a las historias bizarras, intenta llamar la atención. ¿Qué quiere que sientan los demás?

"Pues a mi hermana sí que se lo compran". Cuando utiliza las falsedades para manipular, está tratando de obtener algo que, de otra manera, se le niega o prohíbe. ¿Por qué no negocia?

"No sé quién fue". En ocasiones, mintiendo a los adultos, el niño pretende demostrar su lealtad o proteger a otros. ¿Qué le guía? 

"Me duele la barriga". Recurren a mentiras sobre su salud por inmadurez, para evitar enfrentarse a situaciones difíciles. ¿Por qué las evita?

"Papá dejará a su novia, volverá con mamá y me llevará a la playa". Cuando los deseos son inalcanzables, se puede utilizar la imaginación para encubrir, negar o maquillar realidades dolorosas que no logra asumir. ¿Qué es lo que no asume?

                                                
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